Para irse a lo mejor del cine mexicano en su época dorada uno normalmente se va con los directores grandes en este caso Luis Buñuel, Emilio Fernandez e Ismael Rodriguez. Tan grande o quiza hasta más que las peliculas de estos directores viene Macario de Roberto Gavaldon.
La historia es una hermosa, impactante y directa fábula sobre la muerte y la relación que los seres humanos tenemos con ella. Como peón de esta juego el director escoje a Macario, una personaje humilde cuyo unico sueño es poder comer un pavo el solo. De ahi el director arranca para realizar un perfecto retrato de personaje de este caso en singular, que por cierto esta magnificamente interpretado por Ignacio Lopez Tarso.
Uno no puede dejar de comparar a Macario con una película del maestro Bergman. Por tener como propio protagonista a la muerte (como el sueco lo hizo en el Septimo sello) o por hacerte cuestiones acerca de esta. Una película sumamente existencial, un drama que mezcla fantasía y religión como ninguna en el cine mexicano.
Muy cerca de ser una obra maestra, sin embargo se trata de una de las mejores películas mexicanas que haya tenido el placer de ver, merecidamente estuvo nominada al Oscar como mejor pelicula extranjera.,curiosamente perdiendo contra una película de Bergman.
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