martes, 20 de diciembre de 2011

Nader y Simin una separación


En un año donde directores como Malick, Von Trier, Allen, Almodovar o los hermanos Dardenne nos han entregado trabajos tremendos con todos ellos en plena forma era difícil prever que la mejor película del año viniera de un país como Irán y más aún de un director tan poco conocido como Asghar Farhadi, pero es que Nader y Simin una separación posee gran calidad en los elementos más importantes de un producto cinematográfico, se trata de una película excelentemente narrada, escrita e interpretada.

Una pequeña acción aparentemente insignificante desencadena una serie de eventos y tramas que sustentan esta historia. La película abarca muchos y diversos temas y cada uno lo ejercen en gran forma, pasando por géneros como el drama judicial o el drama familiar, habla de religión, de honor, de conflictos familiares, de creencias, de justicia, de igualdad, de la verdad. Todo ello complementado con unos personajes soberbios todos ellos, con un peso específico y con un trabajo detrás realmente admirable, se ve progresión y personalidad en cada uno de ellos, además agregarle el retrato perfecto de una sociedad iraní creyente y con miedo, la cotidianeidad pocas veces se ve tan natural en pantalla.

La narración es sensacional, no deja espacio para un respiro y se desprende de escenas que no aporten nada, nuevamente cada una de ellas está muy bien pensada y tiene un porque dentro de la historia, el director no se vale de un trabajo artificioso, respeta el estado natural de su película, no existe música ni un trabajo de fotografía que enamore, solo existe un trabajo sencillo pero muy grande, no se nota pretenciosidad sino una mano honesta que pide a gritos enviar un mensaje.

¿Y cuál es ese mensaje? Pues hay muchos, pero yo me quedo con el central y que va hacia una crítica globalizada sobre el divorcio, aquellos a quienes más afecta y que a veces los papás pasan por alto. Los hijos ante todo siempre serán los principales afectados, los efectos secundarios pesan en ellos tanto que puede marcar su vida para siempre.

En cuanto a las interpretaciones, no es que se trate del casting del año, es que es el mejor casting en años, todos y cada uno de los actores están maravillosos y naturales, matizan excelentemente, de todos ellos resalto a los dos hombres Peyman Moaadi y Shahab Hosseini que se avientan un tremendo duelo interpretativo, por momentos y guardando las proporciones me acordaba de Fonda y Cobb en Doce hombres en pugna. También resalto a la niña Sarina Farhadi, hija del director y que tiene un par de escenas donde esta soberbia, especialmente en la última donde me atrapo por completo.

Si fuera americana Nader y Simin una separación se comería todos los Oscar principales, espero que al menos gane la categoría de película extranjera y si no siempre le quedará ese Oso de Berlin donde arraso en los premios con todo merecimiento. Estamos ante la película del año, honesta, sencilla, cotidiana, magistral, es una joya del cine internacional.


1 comentario:

  1. Sólo estoy disconforme con un único aspecto de la película (que ya tuve en cuenta al escribir la crítica que subiré en estas horas/ estos días), pero en general me gustó mucho.
    Estoy más que de acuerdo con lo que decís. A excepción del tema del casting. No sé si es el mejor casting en años, pero el intérprete masculino realiza una actuación impresionante. El resto, bien. Nada más.

    Saludos.

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