Gerardo Naranjo crea con su Miss Bala un retrato muy detallado; a través de los ojos de una mujer cuya máxima aspiración es ser reina de belleza, sobre el crimen organizado en México, lo que sucede día a día en el país, y lo hace de manera valiente, honesta y muy cruda sobre todo.
El director logra realizar escenas de gran calidad, se ayuda de los planos fijos para crear secuencias de varios minutos sin quedarse en un solo punto de la locación lo que requiere de una gran planificación de escena y aquí el señor destaca notablemente. Crea escenas de enorme tensión, consiguiendo la atmosfera adecuada y sacando el máximo provecho de su actriz, una Stephanie Sigman que por momentos consigue tocar un punto muy alto de interpretación aunque claramente le falta maduración para manejar los tonos de intensidad.
A nivel narración es quizá lo menos bueno de la película, muy plana, muy documentalista, Naranjo no se ayuda de ningún tipo de artificios, si a eso le sumamos que el guión no es nada del otro mundo tenemos como resultado una historia que se vuelve muy repetitiva en sus situaciones, durante la primera hora funciona a la perfección pero luego ya no sorprende, se vuelve muy automática y de un ritmo bastante irregular. Lo peor son las escenas del concurso, bastante fallidas a nivel realización, de nulo interés y poco manejo del contexto situacional.
De lo que más se me ha quedado grabado son esas sensaciones de miedo y horror que me han provocado ciertas escenas, uno puede sentir ese aire de familiaridad, no poder estar seguro en ningún lado, que incluso en el lugar menos esperado el terror se puede hacer presente. En este punto Miss Bala me ha dado más miedo que cualquier película de terror de que haya visto últimamente.
La representante de México para los Oscar es una película tan realista que por momentos se pierde la esencia de lo que es una película para convertirse en un documental con una atmosfera poderosa pero de narración irregular.
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