lunes, 19 de diciembre de 2011

La piel que habito



Nunca he entendido toda la pasión que arrastra el señor Pedro Almodovar, será que no logró sentir empatía con sus historias y personajes, o que sus trabajos de realización se me hacen muy poco trabajados e infinitamente mejorables o simplemente sus películas se me hacen muy olvidables. Con La piel que habito no solamente el español ha cambiado su código de barras cinematográfico, sino incluso lo he visto más cómodo y ha sabido hacerme sentir cosas que nunca había logrado con sus anteriores trabajos, su cine se ha convertido en algo poco común y enfermizo que me ha mantenido al filo de la butaca, por esto y mucho más para mí La piel que habito es la mejor película de Almodovar y una de las mejores del año.

La película primeramente hay que decirlo está muy lejos de ser perfecta y es que los primeros 30 minutos son bastante nulos incluyendo la famosa escena del tigre que pareciera ser de una película totalmente diferente, personajes muy mal dibujados como el de Marisa Paredes; que ella por cierto no tiene la culpa y lo peor es que no consigue atraerme, no consigue que me interese, parece que estoy ante el Almodovar de siempre y que a mí no me emociona.

El español sale de ese gran desliz y comienza ya con una narración más fluida a contarnos la trágica historia del doctor Robert y su familia. Poco a poco lo vamos conociendo a él y a lo que lo motiva realizar sus acciones. Aparecen sin embargo unos personajes de los que nuevamente no entiendo su función dentro de la historia, otra vez hay una escena mal hecha como la de la fiesta pero la historia del personaje principal ya me atrapo y quiero ver hacia donde se dirige.

Llega entonces la escena del secuestro y ZAZ. ¿Qué es esto? Un thriller psicológico potente, todo encaja ahora, esos personajes que no parecían aportar nada encajan de una manera solvente, limpia. Esta parte me ha resultado una combinación muy inusual de Swenney Todd con Vértigo y sus tintes almodovarianos por supuesto que no pueden faltar. Siento angustia, me pervierte y me enferma, el miedo me invade, Almodovar me mantiene al filo de la butaca con ya un estilo visual mejor definido y consigue algunas de las mejores secuencias de toda su carrera. Estos 20 o 25 minutos si no mal recuerdo son un DIEZ ABSOLUTO, algo soberbio en cada aspecto. Banderas con su mirada que pervierte, Cornet sacando el máximo provecho en sus escenas y Anaya esta fantástica. Ni siquiera me ha molestado la escena de las escaleras, en su tono encaja a la perfección. El final predecible sí, pero muy justo y 100% Almodovar, no había otra forma en que debería haber finalizado.

Se le puede acusar de muchas cosas a La piel que habito pero nadie puede negar que corre riesgos, puede gustar o no pero uno debe reconocer la valentía de Almodovar ya que se encontraba bastante cómodo con sus dramas sobre las mujeres y su universo, aquí cambia y al menos a mi me ha encantado, espero que se quede con este registro que me gusta muchísimo más.

Es irregular por sus cambios bruscos de nivel, pero yo me quedo con lo mejor de esta Piel que habito, esa tensión, ese miedo, ese atrevimiento, esa entrega, esa fuerza a la hora de trasmitir emociones que hace que no sea una película plástica visual más, esta tiene alma por los cuatro costados.

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