martes, 17 de enero de 2012

Cine Clásico: Doce hombres en pugna (12 Angry Men)



Con más de 30 años de edad, un hombre graduado de la Universidad de Columbia, experimentado de los teatros en Broadway llamado Sidney Lumet decidió incursionar por primera vez en el séptimo arte, su opera prima apareció en 1957, con el nombre de Doce hombres en pugna. La historia es simple, un jurado compuesto por 12 personas debe decidir si enviar o no al acusado a la silla eléctrica por haber asesinado a su padre de manera unánime, en lo que al principio solo 1 se opone a esta sentencia. 12 personas, cada uno con su propia personalidad, y su propia forma de llevar esto.

Más que cualquier cosa la película es un minucioso trabajo de estudio de personaje, pero no solamente de uno sino de doce, cada una de las personalidades esta excelentemente trabajada y posee una progresión destacadísima durante el metraje, cada uno aporta algo de manera esencial al caso, algunos de ellos buscaran justicia, otros ganar como sea otros simplemente pasar el rato. Durante más de hora y media el filme se desarrolla en una pequeña habitación donde cada uno de los jurados deliberará el porqué un hombre debe ser declarado culpable o no.

Primero que nada vamos a destacar cada uno de los objetos o asuntos que acontecerán en este soberbio debate, descritos a la perfección en el guión de Reginald Rose basado en su propia obra de teatro. Tenemos primeramente a dos testigos del homicidio, un hombre anciano que vivía debajo del departamento del homicidio y una señora cuarentona que vio el asesinato ya que ella vivía en el departamento de enfrente. El delito se llevo a cabo por una navaja de resorte mientras el tren pasaba en ese mismo instante por el edificio. La única coartada que ofrece el acusado; un adolescente apenas, es que aquella noche el fue al cine, sin embargo no recordó los nombres de las películas que presencio. Durante el debate todos estos casos van saliendo a la luz uno a uno y tratados de manera impecable cada uno de ellos, no importa que el espectador no haya visto nada del asesinato ni del juicio aquí exige un grado de imaginación para crear la escena del crimen, todo un logro de narración y diálogos por parte de la mancuerna de director y guionista.





Ahora vayamos a la descripción de estos doce hombres, que pos si fuera poco son interpretados de una manera única y exacta, cada una de las actuaciones es sobresaliente, sin embargo destacan las de los conocidos Henry Fonda, Lee J. Cobb y Ed Begley.

1.- El primero jurado es el que está ahí por orden del tribunal. Lo mandaron para que la pugna se llevara a cabo de manera ordenada y limpia, y lo intenta de cierta manera sin embargo la desesperación de no poder controlarlo puede jugar un papel importante en el.
2.- Nuestro segundo hombre es el más joven de todos y por tanto el de menos experiencia, no está seguro de porque el acusado es culpable o no. Aquí es muy importante el desarrollo que tiene, pasa de ser tímido a imponerse incluso a los más maduros del jurado.
3.- Enorme interpretación de Cobb como el jurado número tres, un hombre que posee también un desarrollo importante. Comienza dando sus motivos pero poco a poco una ventana familiar aparece dentro de él lo que lo ciega a escuchar los hechos, su intención es firmemente llevar al acusado a la silla eléctrica, dureza es su principal característica.
4.- Es junto al jurado 8 el más inteligente de todos, busca la perfección en el caso, es un hombre serio y que busca resolver las cosas de manera inteligente sin involucrarse emocionalmente. Si bien está convencido de la culpabilidad del chico está atento a los motivos de los demás.
5.- Este jurado viene de un barrio pobre igual que el acusado por lo tanto es el que mayor identificación tiene con él, sin embargo tampoco está seguro de que sea inocente, poseerá una importante rivalidad con el jurado número 10 que explicare más adelante.
6.- El jurado 6 representa al hombre común, clase obrera trabajadora, pero justo ante todo, no tolera a las personas irrespetuosas y que se quieren pasar de listo. Es respetuoso y busca más que nada llevar las cosas en orden, en este caso es un buen apoyo para el jurado número 1.
7.- Aquí tenemos a un tipo que simplemente no le importa el caso, el número 7 tiene boletos para el beisbol por lo que desea irse pronto, no le importa levantar la mano para declarar culpable al chico y tampoco le interesa cambiarse de bando cuando la balanza se pone a favor a este. Un inepto total, pero como este hay muchas personas en el mundo.
8.- Quizás la mejor interpretación de Fonda, el jurado 8 es un hombre justo, honesto, valiente, inteligente, no le importa defender solo al acusado, busca motivos y razones a cada una de sus dudad, es muy sabio y destapa cosas que en el propio caso no habían sido vistas. El abogado de las almas caritativas lo que puede llegar a ganarle muchos enemigos, el más importante el jurado número 3 con quien tendrá una importante riña durante la pugna.
9.- Un personaje maravilloso, el más viejo de todos y por tanto el más sabio, el que ve cosas que nadie más ve, sus aportaciones son muy importantes, cada vez que abre la boca es para decir algo de suma importancia. Es el mayor cómplice del número 8 el único que decide apoyarlo cuando parecía que todo estaba en su contra.
10.- Nadie interpreta mejor el prejuicio que Ed Begley como el número 10, un hombre prejuicioso contra las personas que vienen de los barrios pobres, no entiende razón solo piensa que es culpable por venir de donde vino por lo que el jurado 5 se puede sentir ofendido ante sus declaraciones.
11.- Un hombre cuya mayor virtud es escuchar y ser muy respetuoso de igual manera, no tiene un bando como tal y busca que se haga justicia ante todo, posee una riña importante con el número 7 por la falta de interés de este. Es relojero, muy comprensivo.
12.- El último jurado es el más vulnerable de todos, publicista es un blanco fácil para los bandos, como si se quedara únicamente con la última razón expuesta, cuando la pugna cambia de balance el duda si seguir a la mayoría o no, el jurado 3 buscara presionarlo.



Estamos señoras y señores ante el mejor casting de la historia del cine, una perfección de interpretación y matización por cada uno de sus actores insuperables, algo glorioso.

Sin embargo lo más importante de esta obra maestra del cine y del teatro no es ni su casting ni su guión ni la dirección, tampoco el mensaje de justicia que es llevado de una manera única y memorable. Lo mejor es su final, la escena final, el encuentro final entre número 8 y 9 al salir del juzgado, una importante escena la que se muestra aquí, tras tantas riñas debates y poner muchas cosas personales incluso, solo se trata de personas desconocidas, no saben ni sus nombres, nunca más volverán a verse quizá, todo resumido en unos brillantes diálogos finales.

Uno puede ver una y otra vez Doce hombres en pugna y siempre encontrara algo nuevo, la mayor exposición de cómo adaptar teatro al cine jamás expuesta, una película totalmente insuperable, una obra maestra como catedral absoluta, la mejor ópera prima de todos los tiempos (con el perdón de Citizen Kane) es esta película de Sidney Lumet, que hace algunos meses acaba lamentablemente de fallecer, sin embargo nos podremos quedar para siempre con su gran legado cinematográfico, Doce hombres en pugna que es una de las mejores película que ha dado el maravilloso séptimo arte.

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